Escrito: Agosto 2013
Hoy soñé con
tu cara. Soñé con tus ojos, con tus pupilas dilatadas como cuando me mirabas. No
siento que te extrañé, solo extraño tu buen trato. Tus atenciones, aquellas que
me ilusionaron y me hicieron sentir tan bien… Recuerdo que cuando empezamos
nuestra relación, yo decía: “que suerte tengo, es bonito, bueno y muy
inteligente. Y está enamorado de mí…”
Recuerdo tus detalles, tus globos colgando del techo de mi cuarto en un
aniversario cualquiera. Los supuestos televisores ‘plasmas’ que me dabas de un
momento a otro. Tu popular: “hacemos lo que quieras, bebé.” A veces, pienso y me
pregunto: “¿por qué no abrí esa puerta, aquel domingo…? ¿por qué fui tan
infantil?, ¿por qué te dejé ir? ¿Por qué no te llamé en la semana…?” no luché
por nuestra relación, no luché por recuperarla.
Siempre supe
que el día que decidieras irte lo harías sin dar marcha atrás pese a cualquier
suplica, pero nunca me imaginé que sería tan rápido. Hoy no recordaré tus
defectos porque necesito pensar en lo positivo para sentirme feliz porque
actualmente nada es como soñé alguna vez. Mis pasos me han llevado tan lejos de
mi pasado y aunque sé que quisiera regresar no lo voy a hacer porque he
renunciado al ayer.
Recuerdo los
bonitos momentos, hasta las ‘billy’s’ de los sábados por las noches, recuerdo
las patinadas frente al mar. Las conversaciones de sueños camino a mi casa por
la avenida Colonial. Recuerdo aquel febrero del 2012, que nos pusimos casacas y
salimos a pasear por el malecón porque
todo estaba nublado. No podía subir ninguna foto nuestra, es cierto, pero me
sentía muy segura a tu lado. Sabía que me querías y que me atendías como una
princesa. Aunque parezca mentira extraño hasta tu olor a ‘viejo’. No sé si te
extraño a ti, solo sé que extraño que alguien me quiera como tú me quisiste y
que cuide como tú lo hiciste.
Cada 28 de
cada mes, mi corazón vibrará hasta que tenga algo que cambie esa situación. Me
hubiera gustado haberte enterrado antes de querer caminar otra vez, pero no lo
hice. Y ahora a escondidas veo vídeos, leo cosas que debí echar a la basura y
guardo mis abejas. No creo que te vuelva a ver pronto. Es más no sé si te
vuelva a ver otra vez. Solo sé que la persona que yo conocí y que me decía: “ya
llegué bebé, perdóname por haber llegado tarde” desapareció y que solo puedo
recordarla para sonreír y no sentirme tan sola en ocasiones. Gracias por todas
las buenas emociones y los sentimientos que me regalaste. Discúlpame por haberte
hecho llorar y haberte desesperado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario