martes, 12 de julio de 2011

Chocolatito caliente

La vida es como uno quiere que sea, a veces rosa, a veces negra, sin embargo lo recomendable es vivirla con una sonrisa estampada en el rostro. Pero quién puede sonreír cuando el frío es tan intenso que cala tus huesos, cuando las noches se hacen más largas, o cuando esa taza de chocolate - que siempre te calentaba- no surte efecto...

Mi madre siempre dice que las cosas pasan por algo y que la vida siempre te muestra el camino que debes seguir. El problema empieza cuando quieres cambiar ese camino. Días fríos y nostálgicos como estos me dan a entender muchas cosas, quizá aburridas para ustedes pero concretas y afianzadas para mí.

Esta vez no actuaré como lo hice antes, esta vez no proliferaré calificativos ni defectos, solo haré algo que me enseñaron los años: aprender a decir adiós con una sonrisa. Julieta Venegas me recomienda que brinde por esta despedida pero no tengo ganas de brindar (ya lo hice el sábado con mis hermanos del alma) ahora como dice mi tía regia: “a otra cosa mariposa”, es decir, a seguir con mis proyectos.

En términos generales creo que todo pasará. No sé si rápido o quizá lento pero estoy convencida que la pena que trae una separación pasa. Quizá al comienzo te rehúses, quizá al comienzo llames, busques y trates de encontrar un acercamiento, pero cuando te das cuenta que el desinterés nació al terminar tu romance, solo das un paso al costado.

El amor es así, a veces blanco, a veces gris y a veces morado (doloroso) pero es necesario para seguir viviendo. Ahora vamos a calentar motores, a buscar otro chocolatito caliente para que me de ese calorcito que me hace falta, a buscar los libros que necesito para concluir con lo iniciado y si pese a eso sigo con frío y no puedo dormir, pues, me compraré una frazada más gruesa, una que me ayude a abrigar mis ilusiones y a moldear mis inquietudes. :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario