viernes, 4 de marzo de 2016

Mi vida tiene tu nombre

Es viernes y yo tengo en la cabeza muchos recuerdos. Algunos se refuerzan con algunos escritos que acabo de hallar en mis apuntes pasados. Siento que han pasado casi dos años de situaciones pésimas, pero también de cosas maravillosas como ver crecer a Daniel, mi verdadero amor.

A veces, me avergüenzo al recordar que no fui muy feliz durante mi embarazo. Si es cierto, que el papá de Daniel no fue muy bueno, pero al margen de todo ello, debí ser feliz, porque tenía a Daniel en mi panza. Ok, no podemos olvidar las malditas nauseas, los mareos, los vómitos o los pies hinchados, pero, nada de eso tiene mayor importancia. Hay que vivir cada momento al máximo porque no sabes si lo podrás volver a vivir otra vez en tu vida. Todas las noches veo a Daniel como crece, cada vez sus pataditas son más fuertes, sus reacciones son de un niño que crece y si bien es cierto le agradezco a Dios todos los días por ello, también me da mucha nostalgia, porque sé que en unos años él ya no querrá dormir conmigo, ni querrá que le bese sus piecitos, su barriguita o simplemente lo llame: mi ‘bebé hermosho’.

Por eso, hoy, un día cualquiera de mi vida quiero escribirte algo hijo mío, espero alguna día lo puedas leer.


“Daniel, actualmente tenemos una relación de un año y medio -y algunos días- y puedo jurar que te amaré hasta que mis ojos se cierren. Nada ni nadie cambiará mi amor hacia ti amor. Si algún día lees esto, quiero que sepas que en medio de tanta tontera que escribía en este blog, también escribí de ti, de tu significado en mi vida, de tu vida que me dio vida. Quiero que sepas que por ti soy capaz de todo, porque contigo lo soporto todo, pero sin ti nada, mi amor… Nada ni nadie nos separará, papá. Siempre nuestras manos y pies estarán juntos. Paso por paso, creciendo juntos y aprendiendo el uno del otro. Si algún día me porto algo ‘mala’ contigo, créeme que es por tu bien, o por lo menos creo que es así. Nunca haría algo para lastimarte. Jamás quise hacerte algún daño, amor. Perdóname si alguna de mis decisiones te lastimó o te lastima. Nunca fue mi intensión mi amor. Tu mamá Sandy, papá Daniel, tu tía Melina y yo siempre hicimos una barrera para protegerte de todo, espero que no hayamos fallado querido hijo. Te declaro mi amor para hoy, mañana y más allá de la muerte mi bebé hermoso”. Que Dios te proteja siempre mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario